sábado, 23 de agosto de 2008

Felicidad dorada

En las páginas 8 y 9 del suplemento dedicado a Beijing del diario Clarín del 20 de agosto, apareció esta foto que refleja el momento de la terminación de la carrera que les dio la medalla de oro en ciclismo a la dupla de Juan Curuchet y Walter Pérez. La felicidad que trasuntaban los rostros de ambos fue increíble, pero en el caso de Curuchet, que llega a obtenerla al cabo de largos años de testarudez, empeño, disciplina, voluntad, o como quieran llamarlo terminó en un llanto contagioso, pero también vergonzante para los dirigentes que se muestran incapaces de dar apoyo a los deportistas aunque sonrían ampliamente para la foto en el momento de la victoria. Al igual que la ganadora de la maratón y de una de las nadadoras del equipo norteamericano, Curuchet ronda los cuarenta; pero igualmente fueron aceptados, no fueron inhibidos por su edad, sólo se les pidió superar las pruebas igual que a los demás. Acá una empresa como Andreani realiza un concurso artístico y lo reglamenta prohibiendo la participación a los mayores de 50 años: ¿será que a esa edad se le acaban las neuronas a todas las personas y no se podrán realizar más actividades artísticas? Si es cuestión simple de edad, avísenle a Saramago que deje de escribir porque está pasado por demás…

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